Clavo De Acero (100un)
Ref. 219163002- 30MM 4,95 € 3,91 €
Los clavos son el compañero imprescindible para cualquier caja de herramientas, apaño doméstico, reforma o montaje. Permiten realizar una grandiosa variedad de uniones entre materiales y superficies, sobre todo en madera, conglomerados y similares. Se distinguen por el diámetro, el material, la medida y, en especial, la cabeza.
Desde el punto de vista de la ferretería y la carpintería, al clavo se lo define como un pequeño objeto metálico (aunque puede ser también de otros materiales), usado para sujetar dos superficies y unirlas. Algunos ejemplos de su uso es el de hacer de clavija, para colgar o para juntar.
Se distinguen por su cabeza, normalmente plana y donde se golpea el martillo, y una punta afilada para clavarlo en la superficie. Permite mantener los materiales unidos y su aplicación presenta una gran adaptabilidad a multitud de situaciones. Suelen usarse mucho en el montaje de estantes de pared.
Como mencionábamos en la definición del clavo, pueden presentar diferencia en la cabeza, el material o la forma. Obviamente, también en el material y acabado, ya sea como el clavo de acero, clavo metálico o variantes. Según la tarea que quieras desarrollar, debes tener en cuenta:
Cabeza – Puede ser plana, la más clásica y con superficie para golpear. También puede ser ancha, para mayor capacidad de agarre. También, estriada ya que facilita el clavado, o hasta perdida, que queda dentro de la superficie.
Cuerpo – según la resistencia y longitud, encontramos varias opciones en cuanto al cuerpo y grosor del clavo. Encontramos el clavo liso, clásico, sin relieve y fácil de clavar. Puede ser también estriado, con un cuerpo con forma de anillos y que recuerda al tornillo, que dificulta que se desclave. O roscado, dando uniones duraderas dado que dificulta que se desprenda por golpes o fricciones.
Punta – el extremo que se clava en la superficie y provoca la perforación, se considerará según la situación en la que se vaya a encontrar el clavo. La típica es la de cincel, aunque también puede ser plana para evitar que la madera se agriete. O directamente afilada con cuatro aristas, pensada para los materiales duros.
Como de costumbre, el material se elegirá según el entorno en el que vayamos a usar el clavo. El más convencional y utilizado, es el clavo de acero pulido, aunque podemos encontrarlo en distintos materiales:
Clavo de acero pulido: de uso doméstico, anticorrosión, efectivo y practico.
Clavo de acero inoxidable: pensado para resistir en el exterior, de material muy duradero. Son muy utilizados en los muebles de jardín y terraza.
Clavo de acero galvanizado y zincado: con hierro y cinc, aún más resistente en exteriores pues soporta también la abrasión.
Clavo de latón: especialmente usado por su estética decorativa otorgada por la aleación de cobre.
Estos son los materiales para clavos más usados, aunque hay más opciones y variantes según su uso. La gran versatilidad de los clavos y función casi básica, los convierte en un gran aliado en muchas situaciones.