Es una excelente opción si no disponemos de mucho espacio libre. Además, los hay de diversos tamaños y con extras incluidos como estanterías internas o ruedas. Están diseñados para aprovechar más el tamaño que los de madera. También son más versátiles porque se puedes ubicar casi en cualquier lugar de la casa, incluso en el cuarto de baño. Son fáciles de transportar al ser tan livianos, al igual que su sencillez a la hora de montarlos o limpiarlos.
Y, si ya disponemos de armarios, nos puede servir para ganar un espacio adicional a un precio muy asequible.
No debemos introducir ropa mojada o húmedas para evitar los malos olores. Alejar los utensilios punzantes como cuchillos o tijeras, pues son el mayor enemigo de este tipo de armarios. Las cremalleras deberían lubricarse al menos un par de veces al año, al igual que vaciar el armario para airearlos y lavarlos.
Por último, debemos evitar llenarlos en exceso porque si los cargamos mucho, fácilmente podrían deteriorarse.
Siguiendo estas pequeñas pautas y recomendaciones tendremos armario de tela para una buena temporada.
Pues, como ocurre con los armarios de madera, las opciones y posibilidades son infinitas. Los hay con cremallera en 360 grados, frontal o trasera. Hay muchos tamaños, materiales (sintéticos, algodón, lona, plástico, etc) e incluso enrollables o con ruedas para facilitar su transporte.
En el interior pueden contar con perchero, organizadores con divisiones, compartimentos, espacio especial para zapatos o bolsos, etc... Es por ello que antes de comprar deberíamos hacer una breve reflexión sobre las particularidades que necesitamos.